jueves, 12 de septiembre de 2013

MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS BRASILEÑOS

TROPICALIA BRASILEÑO


Fue un movimiento artístico y cultural que se desarrolló en la década de los años 60, como reacción a la cultura oficialista de la dictadura en que vivía el país. Esta cultura se basó en el Manifiesto Antropófago de Oswald Andrade, en el que reivindicaba la interculturalidad brasileña como forma de rebeldía.

La década de los años 60 en Brasil, estuvo dominada por una serie de gobiernos dictatoriales en donde los grupos de oposición eran duramente reprimidos por las fuerzas  militares.

El año en que la Tropicalia (no Tropicalismo, los brasileños buscaban alejarse de los –ismos que encasillaban los movimientos culturales y artísticos), comenzó a tomar forma en 1967.


Hélio Octicia, artista vanguardista, creó una instalación  llamada Tropicalia, inspirada en las favelas, en donde los habitantes debían participar disfrazados con capas pintadas en representaciones urbanas en donde se mezclaba música, cine, teatro, artes plásticas y crítica política a la dictadura que azotaba el país. Caetano Veloso, tomó el nombre de esta instalación y dio  nombre al movimiento de renovación cultural que iba a transformar las artes del país, enfocado principalmente al ámbito musical.

El movimiento se caracteriza por, establecer una relación entre la música mas vanguardista del extranjero y la combinación de lo popular, de la cultura tradicional brasileña, construyendo así un producto cultural que fuera accesible para todos los públicos y, a la vez servía como una resistencia que reaccionaba ante la situación del país.





ANTROPOFAGIA CULTURAL



Desde la abolición de la esclavitud en Brasil en 1888, continuos torbellinos de protestas, producto de la disconformidad y discriminación social-radical y económica, dieron paso a una lucha donde se involucraron los sectores polarizados de la sociedad en ese país; uno de los objetivos de esta lucha era (es) el control, e incluso el derecho de divulgación y acceso a las formas de expresión cultural.

Los primeros que conformaron esta lucha fueron las culturas autóctonas y del otro lado estaban aquellos que defendían las normas cultas dominantes, la lengua pública y de aparato, impregnada por la norma cortesana, que reinaba el campo de las artes y en el campo político; así como la “elite blanca” que se había formado entre el “buen gusto”, y la visión romántica eurocentrista del orden y el progreso. Este era el clima social, político y cultural, en el momento en que el Manifiesto Antropófago nació.

Para los intelectuales conservadores brasileños, el Manifiesto Antropófago se convirtió en un arma peligrosa, y argumentaron que las “vulgarizaciones comenzaban a invadir el ambiente cultural brasileño, además que las expresiones populares culturales de las masas eran juzgadas como desprovistas de cualquier valor.

Suely Rolnik, afirma que: “lo antropofágico es propio del proceso de composición e hibridación de fuerzas/flujos, en el cual se acaba siempre devorando las figuras de realidad objetiva y subjetiva y, virtualmente, engendrando otras”.

Leyla Perrone Moises, dice que “la antropofagia de Oswald de Andrade nos permite superar una ansiedad, acabar con el complemento de inferioridad, y con la admiración beata de la cultura europea”.

La propuesta estética que expone Oswald de Andrade en su Manifiesto, surge de la reivindicación de lo propio, de lo “primitivo” de las culturas llamadas bárbaras, que el imperialismo, “universal y culto” trata de hacer desaparecer, pues representa para ellos el atraso, el vicio, el error, lo feo y como hemos dicho, la popularización de lo vulgar. El concepto de Antropofagia plantea una resistencia intelectual no de forma pasiva, sino simbólicamente agresiva, violenta, en la que se apropie, absorba, todo aquello que representa lo ajeno, “lo que no es mío” y “destruirlo” para luego reconstruirlo con una nueva forma, una forma propia. “la transformación de lo devorado”.

Antropofagia Cultural




NEOCONCRETISMO



Es una tendencia dentro de la pintura abstracta que se desarrolló durante los años 30’s a partir de la obra de De Stijl, los futuristas y Kandinsky en torno al pintor suizo Max Bill.

Esta tendencia, es una forma de abstracción donde debe liberarse cualquier asociación simbólica con la realidad, argumentando que las líneas y los colores son concretos por sí mismos. Predomina la forma sobre el color; se usan colores planos, y la pintura no tiene otro significado más que ella misma. La obra de arte evidencia estructuras y planos relacionados, formas seriadas y geométricas, que hablan por sí solas.

La investigación de los artistas de Sao Paulo, enfatiza el concepto de pura visualidad de la forma, a la que el grupo de Río de Janeiro opone una fuerte articulación entre el arte y la vida- que aleja la consideración de la obra como “máquina” u “objeto”-, y un énfasis mayor en la intuición como requisito fundamental del trabajo artístico.

El manifiesto de 1959, denuncia en sus renglones iniciales que la “toma de posición neoconcreta” se hace “particularmente en virtud del arte concreto llevado a una peligrosa exacerbación racionalista”. Contra las ortodoxias constructivas y el dogmatismo geométrico, los neoconcretos defienden la libertad de experimentación, el regreso a las intenciones expresivas y el rescate de la subjetividad. La recuperación de las posibilidades creadoras del artista y la incorporación efectiva del observador, quien se convierte en parte de ellas.

Si el arte no es producción de hechura industrial, sino un medio de expresión, es porque el hacer artístico se ancla en la experiencia definida en el tiempo y el espacio.

Al empirismo y la objetividad que llevarían  a la perdida de la especificidad del trabajo artístico. Los neoconcretanos responden con la defensa del mantenimiento del “aura” de la obra de arte y  de la recuperación de un humanismo.


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